lunes, 22 de septiembre de 2008

EQUINOXIO



Astronomos Mayas

Los mayas fueron astrónomos extraordinarios; ellos hicieron observaciones y documentaron los movimientos del Sol, la Luna, y de las estrellas. Por esa razón me fue fácil concebir la idea de una joven maya quien estaba atraída por los astros.
Antes de 36 b.C. la civilización de los mayas, quienes vivieron en la parte sur de México y la parte norte de América Central, había empezado a usar múltiples de un año de 360 días para producir un calendario muy exacto que medía intervalos de tiempo muy largos. Los mayas de ese tiempo también tenían el único idioma escrito de la América precolombina, y las matemáticas y astronomía mas avanzadas. Se han encontrado miles de textos maya inscritos en monumentos de piedra, estelas, y alfarería de cerámica.
Sin telescopios, sería muy difícil para cualquier persona aprender acerca de los planetas lejanos, la naturaleza de las estrellas, y la dinámica del Universo. Sin embargo, usando sus observaciones (solo con sus ojos) y medidas (con proyección de sombras y otros instrumentos rudimentarios), los astrónomos mayas observaban el cielo como modelos en el cielo que les permitían saber cuándo cambiaban las estaciones. Sus medidas eran de precisión impresionante en su descripción de movimientos planetarios, y podemos concluir que la herencia científica de los mayas es monumental.
Los mayas de la antigüedad construyeron observatorios y alinearon sus edificios más importantes con los movimientos de los cuerpos celestes tales como el Sol, y las Pléyades. Chichén Itzá en la Península de Yucatán en México, por ejemplo, se considera como uno de los sitios arqueológicos mas magnificentes del mundo, dándonos un deslumbre del esplendor y sofisticación de la metrópolis maya antigua que estaba gobernada por el cielo.
Uno de los edificios más impresionantes en Chichén Itzá es El Caracol, un observatorio astronómico circular construido sobre una plataforma cuadrada muy grande. Adentro del edificio hay una escalera de piedra en forma de caracol, la cual llega hasta la cima del observatorio donde está la cámera superior que tiene ventanas para hacer las observaciones astronómicas. Desde esas ventanas los mayas notaban las posiciones del Sol, las declinaciones de la Luna, y los pasajes de Venus. También usaban las sombras proyectadas en la cámara cuando la luz del Sol llegaba a cierto ángulo por las ventanillas de observación, por ejemplo, para predecir cuando ocurrirían los solsticios.
Durante los equinoccios de primavera y otoño el Sol se observa proyectando sus rayos por las ventanillas del observatorio, iluminando las paredes interiores. Posicionadas alrededor del borde de El Caracol se encuentran unos huecos como tazas de piedra que se llenaban con agua y los astrónomos observaban la reflexión de los astros en la superficie del agua. Los textos hieroglíficos en El Caracol se remontan al siglo IX.
Dominando el complejo Chichén Itzá está la Pirámide de Kukulcán, también conocida como El Castillo. Es una pirámide impresionante con una base rectangular y una escalera que asciende a 30 metros de altura (con el templo en la cima), construida por los mayas entre 1000-1200 a.D, directamente arriba de los cimientos de otro templo más antiguo.
La pirámide tiene un significado astronómico muy especial de acuerdo a su diseño. Cada fachada de El Castillo tiene una escalera con noventa y un peldaños, los cuales junto con el escalón común en la plataforma superior suman 365, el número de días en un año. Las escaleras dividen las nueve terrazas de cada lado de la pirámide en dieciocho segmentos, representando los dieciocho meses del calendario maya. El diseño de esta magnífica pirámide reflecta los equinoccios y solsticios de nuestro año solar en una combinación espectacular de luz y sombra. Durante los equinoccios, el Sol arroja su luz en la escalera y con la sombra de los peldaños parece proyectar una serpiente ondulante en los escalones al norte de la pirámide.
¿Que plausible sería que una princesa maya leyera libros? Es muy posible. Los mayas escribieron muchos libros usando un papel llamado amatl (del Náhuatl “papel”), manufacturado de la corteza de árboles de higuera, doblado en forma de acordeón y arreglado en la forma de libro llamado códice. Poco después de la conquista, los sacerdotes españoles quemaron y destruyeron muchos libros. Solo tres de esos textos mayas se saben haber sobrevivido hasta hoy. Esos libros mayas se conocen como los códices de Madrid, de Dresden, y de Paris.
El códice de Dresden se considera el más hermoso y complete de los libros maya. Hecho del papel amatl, el libro de 74 páginas está ilustrado suntuosamente, y su escritura está decorada con colores en ambos lados. Sus colores básicos son rojo, negro, y el llamado azul maya (como el turqueza que se parece al color del mar Caribe). El códice de Dresden apoya la reputación de los mayas como astrónomos de gran talento. Este documento maya tan magnífico contiene cálculos astronómicos, tablas, y datos que son remarcablemente exactos. También representa un número de dioses y documenta aspectos de sus vidas, su agricultura, y sus rituales sagrados.
Página del códice de Dresden
Para los mayas, el planeta Venus era muy importante. Astrónomos mayas observaban a Venus y documentaban su transito por el cielo. El códice de Dresden contiene tablas y datos astronómicos del ciclo completo de Venus. Los mayas contaban cinco conjuntos de 584 días o 5 repeticiones del ciclo de Venus. Esto corresponde a 2920 días o aproximadamente 8 años. La tabla de las apariciones de Venus se usaba para predecir el futuro.
Los mayas consideraban que todo estaba relacionado íntimamente con su idea de tiempo. Para ellos, la necesidad de documentar y de determinar ciertos eventos en tiempo, y su necesidad de prever las ocurrencias regulares de eventos astronómicos, religiosos, y sociales, resultó en la invención de uno de los calendarios más precisos en la historia. El calendario Maya se considera el mas complejo, intricado, y preciso entre los calendarios antiguos. Cálculos de la congruente de los ciclos de 260 días y el de 365 días son casi iguales a los actuales anos Solares medidos en los trópicos, con solo un margen de error de 19 minutos.
El calendario maya también incluye cálculos del ciclo lunar. El ciclo de la Luna se contaba como de 29 o 30 días, alternándolo. El periodo sinódico Lunar es casi 29,5 días, así que alternando su conteo entre esos dos números la Luna estaba tejida entre la secuencia de tiempo del calendario. El códice de Dresden también incluye predicciones de eclipses lunares.
Para los mayas, el cielo, sus calendarios y su mitología estaban integrados en un solo sistema de creencias. Los dibujos de las estrellas en la Vía Láctea (las constelaciones), estaban directamente relacionados con su visión de la Creación. Los mayas llamaban la Vía Láctea el “Árbol del Mundo,” el cual estaba representado por un árbol muy alto, el Ceiba, que se alzaba hasta el cielo donde creían que la vida se originaba.
Los mayas también se referían a la Vía Láctea como Wakah Chan, lo que significa “Serpiente Blanca.” Ellos creían que estaban íntimamente conectados con el cosmos. De hecho, Kuxan Suum es un concepto maya que significa literalmente “camino en el cielo que lleva al centro del Universo.”
También existe evidencia que sugiere que los mayas eran la única civilización que demostró conocimiento de la Nebulosa Orión antes de la invención del telescopio. Lo que sostiene esta teoría es una leyenda maya relacionada con la constelación Orión que ellos llamaban Xibalba. Ellos se referían a la nebular como humo que provenía de un copal con incienso. Unos escolares creen que esto es significativo y que da crédito a la idea que los mayas detectaron un área difusa en el cielo antes de que el telescopio fuera inventado.
No hay astronomía sin matemáticas. Y la astronomía maya no es una excepción. Las matemáticas de los mayas era el sistema mas sofisticad que se haya desarrollado en la América Precolombina. Los mayas de la antigüedad descubrieron dos ideas fundamentales de matemáticas: notación de lugar y cero. Que los mayas entendieran el concepto y valor del cero es un hecho extraordinario y asombroso, ya que en ese tiempo casi ninguna de las civilizaciones del mundo había descubierto ese concepto.

1 comentario:

Oscar dijo...

Muy buenos los datos sobre los Mayas. Si quieres entrar a leer algunos de mis chistes, o textos, puedes hacerlo.Horacio, un saludo desde Mendoza, Argentina.